Dicen que este verano va a ser uno de los más extraños que recordaremos. La presencia de las mascarillas ya forma parte del paisaje en todos los rincones del país, y la llamada nueva normalidad parece el lema de las vacaciones que están a punto de empezar. Sean cuales sean los planes que hagamos, el miedo a nuevos rebrotes y la incertidumbre del futuro tendrán un peso inevitable en nuestras decisiones veraniegas. Las limitaciones a la movilidad persisten todavía en algunos países y regiones, y las medidas de control (como la toma de temperaturas o el distanciamiento forzado) sin duda harán de estas vacaciones un periodo más incómodo de lo que nos gustaría.

Sin embargo, el coronavirus no debe hacernos olvidar que hay muchas formas de disfrutar de las vacaciones y no perder de vista el respeto al medio ambiente y tampoco el gasto de nuestras tarjetas. Aquí van nuestras tres propuestas sostenibles y eco-friendly para el verano de 2020.

Rutas en bicicleta

La bicicleta es el medio de transporte que todas asociamos a la sostenibilidad, y por supuesto tenía que aparecer entre nuestras propuestas. España ofrece una gran variedad de rutas para ciclistas de todos los niveles. La Ruta Ciclista Transpirenaica, que une Irún y el Cabo de Creus, es como un Camino de Santiago para las ciclistas veteranas, y una de las más populares rutas de alta montaña. Para aquellas con menos experiencia o simplemente menos ganas de cansarse, hay múltiples caminos llanos, largos o breves, que cruzan toda la península. En Catalunya tenemos la Ruta del Ferro en la zona del Prepirineo, así como las Vías Verdes en Girona, un conjunto de 27 caminos rurales.

En el sur podemos disfrutar de la TransAndalus, que recorre todas las provincias andaluzas y que ofrece diferentes paisajes, dificultades y áreas naturales. Y en el norte, la ruta ciclista del Bidasoa también es apta para ciclistas menos entrenadas.

Una escapada rural

La playa es el destino turístico por excelencia en verano, pero a veces la enorme afluencia de visitantes y el sol abrasador de cada día puede saturarnos. Por suerte, en España tenemos mucho más para ofrecer. El turismo rural y de montaña está en alza, y qué mejor momento de disfrutar de la naturaleza agreste que después de pasar varios meses en confinamiento. Existen muchos portales web especializados en turismo rural, y la oferta es casi infinita. Desde masías en Catalunya a haciendas andaluzas, pasando por antiguos caseríos en el País Vasco y Navarra u hoteles rurales en la tranquila llanura castellana, hay opciones para todos los gustos. Si bien muchos de estos lugares están destinados a garantizar una escapada relajada a sus huéspedes, otros ofrecen una gran cantidad de actividades y experiencias para los turistas más movidos, como excursiones y deporte.

Muchos de los hoteles y las casas rurales son además pioneros en el turismo sostenible y eco-friendly, promoviendo muchas veces el consumo de proximidad y actividades que respeten el medio ambiente. 

Visita a un parque natural

De nuevo, nuestra tercera y última propuesta también se trata de una opción con una gran diversidad de alternativas, tanto para las amantes de costa como para las más montañeras, y para los planes más tranquilos y los más movidos. España posee quince parques nacionales y más de otros 130 parques protegidos. 

Visitar un parque natural no es sólo una salida diferente a la rutina habitual, sino que puede significar una bonita experiencia y la oportunidad de aprender sobre la variada naturaleza de la Península Ibérica y los archipiélagos balear y canario. Doñana, los Picos de Europa o el área de Odesa y Monte Perdido son las opciones más famosas, pero hay también parques menos conocidos que merecen nuestra atención. La zona volcánica de la Garrotxa en Catalunya, las Bardenas Reales navarras, la Sierra de Tramuntana de Mallorca (declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) o la reserva de El regajal cerca de Madrid son lugares menos visitados pero que bien merecen una visita.